Summer Wars (2010)


(Samâ wôzu, Japón 2009; distribuida internacionalmente en 2010)
Género: animación, ciencia ficción
Dirige:   Mamoru Hosoda
Actúan: (voces) Ryûnosuke Kamiki, Nanami Sakuraba, Sumiko Fuji, Mitsuki Tanimura
Guión: Satoko Okudera, Mamoru Hosoda
Duración:  114 minutos


La unión de las personas tiene la capacidad de generar cambios sustanciales en beneficio de todos; Summer Wars nos lo demuestra.

Nos situamos en un entorno del Japón contemporáneo, en donde Kenji Koise es un joven tímido con grandes habilidades en la resolución de problemas matemáticos; un día Nanami Sakuraba (筱原 夏希),  la chica más popular del colegio,  le ofrece un trabajo de verano el cual Kenji acepta sin preguntar los detalles; ya en casa de Nanami,  Kenji se entera que su encomienda es fingir ser su novio con el objetivo de que  Sakae Jinnouchi, abuela de Nanami que cumple 90 años, pueda estar tranquila.


Todo parece ir conforme a los planes de Nanami, hasta que su primer amor, el hijo ilegítimo de la abuela Wabisuke Jinnouchi ( 侘助), aparece en escena; a la vez que se suscita un acontecimiento que amenaza con sumir en el caos total a Japón: la seguridad de una red social muy popular llamada Mundo de Oz que cuenta con usuarios de todo el mundo ha sido vulnerada, por lo cual sistemas sincronizados con ella entran en crisis (gps, sistemas de alertas médicas, sistemas de control vehicular, incluso la navegación de una sonda espacial, entre muchos otros).

Es entonces que la familia de Nanami, liderada por Sakae, une sus fuerzas en busca de controlar la crisis que se suscita en Japón a la par de derrotar a “Love Machine”, una entidad de inteligencia artificial que tiene bajo su control al Mundo virtual de Oz.



La animación de la película tiene un gran nivel, tanto las secuencias del mundo virtual como las de fuera de él están bien logradas, la musicalización es adecuada y el desempeño del casting de voces me ha parece ha sido correcto.

En cuanto a la historia, a pesar de la espectacularidad de las batallas o secuencias de acción; son los conflictos de la mayoría de los personajes y su resolución dentro del entorno de valores de las familias japonesas lo que capturará nuestra atención. La duración de la película no es factor que canse al espectador, pues siempre habrá algo que nos mantenga atentos. 





Uno de los puntos fuertes de esta producción son sus  historias secundarias por ejemplo la del  personaje Kazuma Ikezawa (池沢 佳主馬), primo de Nanami,  quien pese a su corta edad deberá cargar sobre sus hombros la responsabilidad de ejecutar la parte combatiente de esta producción a la vez que superar los conflictos que le genera la próxima llegada de una hermana; o el hijo ilegítimo que deberá comprender como la búsqueda de aceptación puede llevarnos a perder de vista lo verdaderamente importante llevándonos a cometer errores de los cuales deberemos aceptar las consecuencias a fin de saldar nuestra deuda moral.



Sin embargo hay detalles, muy pequeños, que alejan de la total perfección a la cinta; uno de ellos es que a pesar de la aparente diversidad de la familia Jinnouchi dicha pluralidad no lo es tal sí la comparamos con esquemas más occidentales y actuales; por otra parte algunos personajes secundarios llegan a estorbar un poco y durante la batalla final, la forma en que los usuarios de Oz se alinean se siente un poco como un “deus ex machina” ya que no se anticipa como algo posible; no obstante son detalles que no demeritan la grandeza de esta producción.

En mi escala personal le doy 4 de 5 estrellas, ya que es una realización fresca que se disfruta a muchos niveles. Por cierto el diseño de personajes fue a cargo de quien diseño a los personajes de Evangelion, y el director trabajó antes haciendo una película de Digimon.

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El Quinto Mandamiento

(2012)
Dirección: Rafa Lara
Actúan: Guillermo Iván, Luis Felipe Tovar, Ernesto Gómez Cruz, Angélica Aragón, Alejandro Tomassi, Ileán Almaguer, Marco Treviño, Tomás Gorós y Carlos Padilla
Guión: Rafa Lara
Duración: 96 minutos

Un thriller mexicano, con sabor a México y no a una mala copia de alguna serie de televisión gringa es lo que se nos plantea al inicio “El Quinto Mandamiento”, la secuencia de créditos del inicio refuerza esta impresión y debo decir que la película cumple, no de sobremanera pero lo hace.



Esta cinta ubicada en el México actual, entre el infierno del silencio de un pueblo chico y de la Ciudad México, nos  lleva a través de la vida cotidiana de un asesino serial que busca la redención, del mismo modo que otros personajes buscarán revalorizar su existencia.

Víctor  es un muchacho que fue abusado de niño por un padre pedrastra y ante el nulo respaldo de su madre, una de esas tantas mujeres mexicanas que se creen cualquier estupidez que les dicen en la iglesia (y miren que lamentablemente hay tantas de esas personas como ella) decide salir de su pueble e inicia una cruzada de purificación del mundo, donde sus demonios internos le piden que mate a las mujeres pecadoras.



 Esta es una película  bien hecha, la fotografía es bella dentro de la horrendidad que nos es narrada, no le pide nada a películas extranjeras; las locasiones se disfrutan por su naturalidad; la música a veces refuerza bastante pero a veces distrae y resta un poco de lucimiento a las actuaciones;   el desarrollo es ágil la mayor parte del tiempo, aunque por momentos se pierde la dirección y al final la cinta se resulte de un modo un tanto confuso. En esta producción se intenta profundizar en las motivaciones del personaje; pero a veces lo hace de una forma ambigua lo cual nos lleva a perder el interés por momentos; los personajes en su mayoría están bien planteados y la gran mayoría de las veces responden de modo articulado y entendible; destacan la actuación del protagonista y, para mi gusto, de Luis Felipe Tovar.




Un buen thriller como dije al comienzo, quizá no memorable pero es una cinta pasable de un género en el que vale la pena que veamos más incursiones del cine mexicano, le doy  tres y media estrellas de cinco.


Antes de terminar debo decir que el tema del abuso sexual  no dudo que puede ser motor de la deshumanización de las personas, el ser victimas del ultraje y la perversión del templo que es nuestro cuerpo en edades tempranas es entendible que  lleve a situaciones que requieren la atención de especialistas, sin embargo recomiendo ver Agnus Dei para una visión más “real” de los casos de pederastría dentro de la iglesia, ya que El Quinto Mandamiento hace un tratamiento un tanto simplista; las víctimas son víctimas, no deben ser victimizadas.

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Lo que debemos esperar de las personas

El paso de nuestros días nos llena de la sabiduría de los aciertos y los errores, a los aciertos les decimos fortuna a los errores experiencia.

Nuestro cerebro tiende a llenar espacios en blanco cuando carecemos de suficiente información o necesitamos pedazos extra de datos para entender las cosas, por ejemplo la siguiente figura:

Te puedo apostar que  tu cerebro hizo lo posible por ver una especie de caja, ¿no es así?, pues bien dado que no es natural crear a partir de pedazos, igualmente tendemos a preveer cosas; cuando cruzamos la calle y un auto se aproxima tendemos a imaginar la distancia a la que se encontrará ese vehículo conforme caminemos.

Inevitablemente también tendemos, no muchas veces, a crearnos expectativas de las personas que nos rodean; lo cual es un error muy grave, esto debido a que primeramente las personas por naturaleza son egoístas y se enfocan en sí mismas; un claro ejemplo es la gente a la que le pides un consejo y sólo acaban proyectándose, dando una recomendación desinteresada que es en realidad lo que esas personas tienen que hacer con sus vidas.

Asimismo el creer que las personas van a corresponder nuestras atenciones del modo que nosotros les mostramos interés es también una tontería; la ponderación del “cuánto” hacemos por otros tenderá a ser subjetiva de entrada y aparte dado el egoísmo nato de nuestra especie será raro que las personas se detengan a pensar desde la óptica de otra persona.

He notado que un principio de la desilusión, la frustración y otros tantos problemas tiene como uno de sus orígenes el crearse expectativas en otros; ahí está el caso de la novia que llora porque su novio no hizo comentarios de su cambio en el corte de cabello; el empleado que se siente frustrado de que su jefe ignora las recomendaciones, el hijo que hace estupideces en la escuela cada vez más graves esperando que sus padres le pongan atención; la profesionista a la que sólo le ponen atención porque tiene tetas grandes, y un largo etcétera.

¿Qué debemos esperar de las personas que nos rodean?... nada, así de simple.

Habrá quien diga que eso es una actitud nefasta y deprimente, pero en realidad no lo es; sino todo lo contrario, es poner las cosas en su real dimensión.

Sí aprendemos a no esperar nada de nadie más, estamos aceptando la realidad del mundo, comprenderemos mejor el camino hacia nuestra propia realización, ya que no fincaremos esperanzas vagas que terminen por crearnos problemas; lo bueno que deba ser simplemente será, y sí algo desagradable sucede, cosa de secarse las lágrimas y seguir adelante. 


 
El beso, Lautrec 1892 

No esperes que tú príncipe azul llegue en su caballo blanco y te salve; no esperes que tu pareja adivine lo que te pasa, debes decírselo y sí no hace cambios para comenzar a responderte como pareja, pues busca otra; sí la gente que te rodea no te escucha, no esperes que cambie y busca a quien sí le interese oírte; has que las cosas sucedan, esperar y esperar hará que la vida se te vaya.

A better life

(Una vida mejor, EUN  2011)
Dirige: Chris Weitz
Actúan: Demián Bichir, José Julián y Eddie 'Piolin' Sotelo
Guión: Roger L. Simon;  Eric Eason (adaptación para cine)
Fotografía: Javier Aguirresarobe  
Duración: 98 minutos

Está película va de las desventuras de Carlos Galindo, un inmigrante ilegal en los Estados Unidos de Norteamérica; quien en el mundo actual hará tanto como le sea posible a fin de garantizar una mejor calidad de vida a su hijo (Luis Galindo) de la que le podría dar estando en México. 



El guión de esta producción independiente de corte dramático, nos muestra parcialmente las diferentes formas de segregación que se ejerce sobre los latinoamericanos en los EUN, quizá a todos nos parecerá un tema ampliamente conocido; sin embargo el hecho de ser una realización norteamericana le da un particular valor.

Asimismo, se nos muestra lo difícil que es para un padre soltero el mantener un lazo afectivo con su hijo, dadas las barreras generacionales y culturales que se presentan; Demián Bichir nos ofrece una actuación que denota sus sobradas tablas; sin embargo el guión no da para un mayor lucimiento al no presentar un gran reto para este actor,  una de las razones por las cuales supongo no se llevó el premio Oscar (eso y que los premios Oscar son mera política pretenciosa). 

La historia se complica cuando la posesión de una camioneta, que parecía el inicio de una mejora en la calidad de vida del protagonista y su hijo, se convierten en una odisea cuando le es robada por otro inmigrante (por eso los latinos tiene tantos problemas por esa desconfianza mutua), entonces Carlos no tiene que recuperar solamente su vehículo sino la conexión con su hijo quien a pesar de  esa clásica actitud adolescente de “lo se todo” demuestra su desconocimiento de las cosas sustanciales de la vida, logrando una revaloración del significado e importancia de la familia.

El resto del elenco cumple sin llegar a ser sorprendentes, los personajes secundarios no cuentan con historias que complementen de gran modo la trama principal, incluso como hispanohablante me costó  creer que algunos de ellos representan personas con el español como lengua materna.


Los aspectos técnicos tienen buen nivel, la música ofrecerá un poco de identificación para la mayoría de los gustos, la fotografía nos regala algunas escenas que sí bien son un tanto predecibles en este tipo de cintas, cumplen con su cometido.




Sí bien no es una película que profundice demasiado en sus planteamientos, el desempeño de Bichir ayuda a que esta no sea una mala película, la humanización del migrante a los ojos de los norteamericanos me parece un logro loable.

En mi escala personal le doy 3.5 estrellas de 5.
 

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