Como bien sabemos la obesidad va de la mano con una reducción en nuestra calidad y esperanza de vida. Asimismo es un hecho que a nadie le gustan esos apelativos de “gordito”, “bolita”, apodos de “cerdito” y cosas por el estilo.
A petición de algunos familiares y amigos hablaré de mi propia experiencia acerca de como bajar de peso de manera que nuestra salud (incluida la mental) no se vea afectada y no rebotemos al día siguiente.
Para empezar diré que a medidos del año 2008 pesaba alrededor de 64 kgs., acá una foto:
Desde mi óptica, como bien dice la canción Yatta del grupo Green Leaf “” (“Sí hay un cambio dentro de tí, entonces el universo cambiará también”) por ende lo primero que debemos tener presente es:
1) Mentalizarnos correctamente.
2) Aprender a escuchar nuestro cuerpo.
3) Decidirnos a bajar de peso por las razones correctas.
El proceso de mentalizarnos, representa aprender a enfocar las situaciones de un modo estimulante que facilite las cosas, por ejemplo, estamos de acuerdo que “hacer dieta” no genera la misma sensación que decir “cuidar nuestra alimentación”, no te vas a sacrificar ni a atormentar, la realidad de las cosas es que te esta cuidando. Con lo anterior quiero decir que hay que convencernos de que bajar de peso no es un castigo o un sacrificio, es preocuparnos por nuestra salud, ya que sólo tenemos un cuerpo, que es la casa de nuestra alma y de nuestras ideas, si no aprendemos a valorar lo que es nuestro cuerpo no podremos cuidarle adecuadamente.
Todo el tiempo nuestro cuerpo nos envía mensajes diversos, algunos muy simples como “tengo frío”, “quiero ir al baño”; sin embargo hay ocasiones que no hacemos caso de mensajes mas sutiles; nuestro cuerpo nos dice siempre cuando ya hemos comido suficiente e incluso, nos dirá que necesita, hay que aprender a diferenciar entre simples antojos y peticiones específicas de ciertos tipos de alimentos que nuestro cuerpo nos solicita eventualmente si no comemos equilibradamente.
¿Por qué quieres bajar de peso?: ¿para gustarle a una persona?, ¿para comprarte ropa nueva?, ¿por qué ya te cansaron las bromitas de los compañeros del trabajo?; todas son razones válidas; pero trata de ir más allá, piensa en que debes quererte y que la salud de tu cuerpo es algo invaluable que mejorará no sólo tu autoestima, sino tu percepción del mundo.
¿Por dónde empezar?, bueno, compra una báscula y pésate, necesitaremos un punto de referencia, si puedes tómate una foto para que tengas una mejor idea de cómo estabas al iniciar.
Acto inmediato ve con un nutriólogo, ellos sabrán aconsejarte de mejor modo que lo que escribiré a continuación. Y por favor no caigas en programas falsos de cremas, aparatos o tratamientos mágicos para bajar de peso, en el remoto caso que funcionen te generarán dependencias económicas o de otra índole. (*1)
En mi caso particular comencé cambiando hábitos alimenticios:
1) Comencé a tomar mínimo un litro de agua (independientemente de otros líquidos).
2) Reduje considerablemente el consumo de comida chatarra y de alimentos con altos niveles de carbohidratos como son las harinas.
3) Eliminé, tanto como mi cuerpo me lo permitió, el consumo de carnes rojas y de grasas de origen animal.
4) Incrementé mi consumo de frutas y verduras.
5) Dejé de ingerir azúcar refinada (al menos directamente) .
6) Evité comer en exceso de manera frecuente.
7) Empecé a cenar ligero, y a mejorar mi desayuno ;) por ejemplo, suelo desayunar licuados que contengan nopal, avena o frutas ricas en fibra ;) (en el mercado anexo al metro Tacubaya pregunten por los jugos de la Señora Magda y por su casi “mágico” licuado verde).
Debemos entender que no se trata de “matarnos” de hambre y volvernos consumidores sólo de apio y toronja, por ejemplo:
• Mantenerte relajado evitará ansiedad que suele ser una causa común para comer compulsivamente.
• ¿Puedo comer de todo?, ¡claro, yo lo hago!, pero no es lo mismo comerte una hamburguesa un día que cenar hamburguesas por cuatro días seguidos. No es tampoco lo mismo comerse un gansito una tarde que comerte tres.
• Aprende a ver la realidad en el espejo, si te sientes una “vaca” frente a él a pesar de que la gente alrededor de ti te dice lo contrario, mejor ve a ver un psicólogo.
• Date un día a la semana para “consentirte” y comer algo que te guste pero que quizá no sea la mejor opción en nutrición; pero de manera responsable, es decir, que no se de el caso de que de lunes a sábado cuidaste tu alimentación y el domingo te comas veinte tamales y diez platos de pozole.
• No te presiones, no intentes comer pura verdura de un día para otro, sólo te vas a estresar, ve poco a poco desarrollando la fuerza de voluntad y sí no puedes soportar el estrés, es mejor que te comas un taquito de canasta a que te desesperes por la “abstinencia” y te comas diez tacos de “grasasta” de un solo viaje.
• Duerme bien, de ese modo tu cuerpo aprovechará mejor los nutrientes.
• Revisa las etiquetas de lo que comes, que algo diga light o bajo en grasas no quiere decir que en verdad lo sea sustancialmente. Compara cereales por ejemplo y verás que no hay una gran diferencia en comer unos corn flakes normales y algunas de esas cosas raras que no saben a nada y que te las venden más caras; si te fijas verás que el “ahorro” en calorías o grasas depende más en el tipo de leche que uses que en el cereal en cuestión.
• No esperes ver resultados en 2 o 4 semanas, pero si en 2 meses no ves claro, comienza analizar que puede estar saliendo mal.
Se trata de cambiar nuestra alimentación, aquí es donde debes convencerte por las buenas, hay mucha comida saludable que sabe bien; pero debes reeducar tu cuerpo, quizá tu paladar este acostumbrado a los excesos de condimentación y puede ser que sientas algo de rechazo a comer más equilibrado al comienzo, pero créeme, un poco de creatividad y preocuparte por investigar un poco por tu cuenta te darán muchas y muy buenas ideas ;)
Una vez que has comenzado a cuidar tu alimentación, comienza a hacer ejercicio, ya se, vas a salir con “no tengo tiempo”, ¡ja!, mayor mentira. Tan fácil como caminar todos los días, si usas transporte público bájate un par de paradas o estaciones antes de llegar a tu casa. En mi caso suelo caminar de uno y medio a dos kilómetros casi todos los días, y finalizo la rutina con unos cuantos ejercicios básicos (mancuernas, lagartijas, entadillas y abdominales). En el trabajo dile adiós al elevador y saluda las escaleras, de ser posible no estaciones tu coche muy cerca del trabajo ¿ya viste que fácil es? Como siempre, inicia poco a poco para evitar que te desmotives ;) y recuerda: “escucha tu cuerpo”, tu cuerpo te dirá cuando es suficiente.
A grandes rasgos esto es lo que, derivado de mi experiencia personal, les puedo recomendar, como en todo caso similar, tras los cambios que hice a favor de mi salud, logré alcanzar 57 kilogramos, esto en aproximadamente 6 meses.
Comiendo mejor y haciendo ejercicio verás que se reflejará no sólo en tu figura y tu billetera, sino principalmente en tu estado de ánimo y en tu autoestima.
(*1) El contenido aquí mostrado debe considerarse como una mera opinión personal, lo correcto es ponerse en contacto con los servicios médicos de tú localidad y/o acudir al médico personal o nutriólogo a fin de obtener un dictámen médico debidamente fundado en una valoración completa y personalizada acerca del estado de tú salud.
A petición de algunos familiares y amigos hablaré de mi propia experiencia acerca de como bajar de peso de manera que nuestra salud (incluida la mental) no se vea afectada y no rebotemos al día siguiente.
Para empezar diré que a medidos del año 2008 pesaba alrededor de 64 kgs., acá una foto:
Noten los cachetes de marranito (1) y la panza chelera (2)
Desde mi óptica, como bien dice la canción Yatta del grupo Green Leaf “” (“Sí hay un cambio dentro de tí, entonces el universo cambiará también”) por ende lo primero que debemos tener presente es:
1) Mentalizarnos correctamente.
2) Aprender a escuchar nuestro cuerpo.
3) Decidirnos a bajar de peso por las razones correctas.
El proceso de mentalizarnos, representa aprender a enfocar las situaciones de un modo estimulante que facilite las cosas, por ejemplo, estamos de acuerdo que “hacer dieta” no genera la misma sensación que decir “cuidar nuestra alimentación”, no te vas a sacrificar ni a atormentar, la realidad de las cosas es que te esta cuidando. Con lo anterior quiero decir que hay que convencernos de que bajar de peso no es un castigo o un sacrificio, es preocuparnos por nuestra salud, ya que sólo tenemos un cuerpo, que es la casa de nuestra alma y de nuestras ideas, si no aprendemos a valorar lo que es nuestro cuerpo no podremos cuidarle adecuadamente.
Todo el tiempo nuestro cuerpo nos envía mensajes diversos, algunos muy simples como “tengo frío”, “quiero ir al baño”; sin embargo hay ocasiones que no hacemos caso de mensajes mas sutiles; nuestro cuerpo nos dice siempre cuando ya hemos comido suficiente e incluso, nos dirá que necesita, hay que aprender a diferenciar entre simples antojos y peticiones específicas de ciertos tipos de alimentos que nuestro cuerpo nos solicita eventualmente si no comemos equilibradamente.
¿Por qué quieres bajar de peso?: ¿para gustarle a una persona?, ¿para comprarte ropa nueva?, ¿por qué ya te cansaron las bromitas de los compañeros del trabajo?; todas son razones válidas; pero trata de ir más allá, piensa en que debes quererte y que la salud de tu cuerpo es algo invaluable que mejorará no sólo tu autoestima, sino tu percepción del mundo.
¿Por dónde empezar?, bueno, compra una báscula y pésate, necesitaremos un punto de referencia, si puedes tómate una foto para que tengas una mejor idea de cómo estabas al iniciar.
Acto inmediato ve con un nutriólogo, ellos sabrán aconsejarte de mejor modo que lo que escribiré a continuación. Y por favor no caigas en programas falsos de cremas, aparatos o tratamientos mágicos para bajar de peso, en el remoto caso que funcionen te generarán dependencias económicas o de otra índole. (*1)
En mi caso particular comencé cambiando hábitos alimenticios:
1) Comencé a tomar mínimo un litro de agua (independientemente de otros líquidos).
2) Reduje considerablemente el consumo de comida chatarra y de alimentos con altos niveles de carbohidratos como son las harinas.
3) Eliminé, tanto como mi cuerpo me lo permitió, el consumo de carnes rojas y de grasas de origen animal.
4) Incrementé mi consumo de frutas y verduras.
5) Dejé de ingerir azúcar refinada (al menos directamente) .
6) Evité comer en exceso de manera frecuente.
7) Empecé a cenar ligero, y a mejorar mi desayuno ;) por ejemplo, suelo desayunar licuados que contengan nopal, avena o frutas ricas en fibra ;) (en el mercado anexo al metro Tacubaya pregunten por los jugos de la Señora Magda y por su casi “mágico” licuado verde).
Ya no hay pancita chelera ;)
Debemos entender que no se trata de “matarnos” de hambre y volvernos consumidores sólo de apio y toronja, por ejemplo:
• Mantenerte relajado evitará ansiedad que suele ser una causa común para comer compulsivamente.
• ¿Puedo comer de todo?, ¡claro, yo lo hago!, pero no es lo mismo comerte una hamburguesa un día que cenar hamburguesas por cuatro días seguidos. No es tampoco lo mismo comerse un gansito una tarde que comerte tres.
• Aprende a ver la realidad en el espejo, si te sientes una “vaca” frente a él a pesar de que la gente alrededor de ti te dice lo contrario, mejor ve a ver un psicólogo.
• Date un día a la semana para “consentirte” y comer algo que te guste pero que quizá no sea la mejor opción en nutrición; pero de manera responsable, es decir, que no se de el caso de que de lunes a sábado cuidaste tu alimentación y el domingo te comas veinte tamales y diez platos de pozole.
• No te presiones, no intentes comer pura verdura de un día para otro, sólo te vas a estresar, ve poco a poco desarrollando la fuerza de voluntad y sí no puedes soportar el estrés, es mejor que te comas un taquito de canasta a que te desesperes por la “abstinencia” y te comas diez tacos de “grasasta” de un solo viaje.
• Duerme bien, de ese modo tu cuerpo aprovechará mejor los nutrientes.
• Revisa las etiquetas de lo que comes, que algo diga light o bajo en grasas no quiere decir que en verdad lo sea sustancialmente. Compara cereales por ejemplo y verás que no hay una gran diferencia en comer unos corn flakes normales y algunas de esas cosas raras que no saben a nada y que te las venden más caras; si te fijas verás que el “ahorro” en calorías o grasas depende más en el tipo de leche que uses que en el cereal en cuestión.
• No esperes ver resultados en 2 o 4 semanas, pero si en 2 meses no ves claro, comienza analizar que puede estar saliendo mal.
Se trata de cambiar nuestra alimentación, aquí es donde debes convencerte por las buenas, hay mucha comida saludable que sabe bien; pero debes reeducar tu cuerpo, quizá tu paladar este acostumbrado a los excesos de condimentación y puede ser que sientas algo de rechazo a comer más equilibrado al comienzo, pero créeme, un poco de creatividad y preocuparte por investigar un poco por tu cuenta te darán muchas y muy buenas ideas ;)
Ni tampoco esos cachetitos medio grotescos ;)
Una vez que has comenzado a cuidar tu alimentación, comienza a hacer ejercicio, ya se, vas a salir con “no tengo tiempo”, ¡ja!, mayor mentira. Tan fácil como caminar todos los días, si usas transporte público bájate un par de paradas o estaciones antes de llegar a tu casa. En mi caso suelo caminar de uno y medio a dos kilómetros casi todos los días, y finalizo la rutina con unos cuantos ejercicios básicos (mancuernas, lagartijas, entadillas y abdominales). En el trabajo dile adiós al elevador y saluda las escaleras, de ser posible no estaciones tu coche muy cerca del trabajo ¿ya viste que fácil es? Como siempre, inicia poco a poco para evitar que te desmotives ;) y recuerda: “escucha tu cuerpo”, tu cuerpo te dirá cuando es suficiente.
A grandes rasgos esto es lo que, derivado de mi experiencia personal, les puedo recomendar, como en todo caso similar, tras los cambios que hice a favor de mi salud, logré alcanzar 57 kilogramos, esto en aproximadamente 6 meses.
Comiendo mejor y haciendo ejercicio verás que se reflejará no sólo en tu figura y tu billetera, sino principalmente en tu estado de ánimo y en tu autoestima.
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(*1) El contenido aquí mostrado debe considerarse como una mera opinión personal, lo correcto es ponerse en contacto con los servicios médicos de tú localidad y/o acudir al médico personal o nutriólogo a fin de obtener un dictámen médico debidamente fundado en una valoración completa y personalizada acerca del estado de tú salud.
En razón de que cada persona presenta un organismo diferente, el autor de esta página se deslinda de responsabilidad total o parcial generada por el mal manejo que de la información presentada haga el usuario, siendo éste el único responsable del entendimiento y difusión que realice de la información aquí proporcionada.
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1 Comentarios
Gracias oz, te vez muy bien y, supongo te sientes mejor, en hora buena!! seguiré tus consejos... Da
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